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viernes, 3 de febrero de 2012

Handel • Ombra mai fù • Andreas Scholl, Akademie für Alte Musik Berlin [160 MB, mp3 @ 320 kbps)

Si hay obras que pueden alcanzar un rango casi icónico en la definición de lo que es la labor de un compositor, como lo veíamos ayer con Songs from liquid days de Philip Glass, no es menos cierto que también la grabación de un disco puede convertirse en la auténtica definición de lo que es incónico en el mejor y más amplio sentido rocanrolero del término. Un disco que se eleva por encima de otros del mismo tipo no es algo que se vea am menudo en el ámbito de la música académica europea, si no es en el caso de algunos ciclos como Le quattro stagione de Antonio Vivaldi, al que más adelante dedicaremos una semana para revisar algunos discos justamente icónicos. Me referí al sentido rocanrolero del término icónico porque en el medio musical discográfico de la música clásica esto no suele darse. No hay melómanos (no muchos, que yo sepa) que tengan decorada su recámara con posters de sus artistas favoritos, ni que ardan en deseos de tener todas las grabaciones posibles de ellos: discos oficiales, no oficiales, que coleccionen conciertos, videos, DVDs, bootlegs (esto úiltimo es entendible por esa presuntuosa y mamona idea de buscar la perfección, incluso en un concierto).

El sentido icónico en este ámbito musical corresponde a otro orbe ligeramente distinto, justamente por esta infructuosa y muchas veces ridícula o risible búsqueda o aspiración por la perfección absoluta (¿qué es la perfección, cómo se mide, quién la ha alcanzado, se le puede superar, hay algo más allá de ella?). En esa extraña esfera donde nunca se sabe si realmente se está, es en el que se encuentra el álbum Ombra mai fù del contratenor alemán Andreas Schöll, acompañado por una de las mejores orquestas barrocas europeas, la Academia de música antigua de Berlín, en un recital de arias operáticas de Georg Frideric Haendel. No sé si se pueda hablar de que éste sea un disco perfecto, pero sí sé que quienes entienden ese sentido icónico que surge del mundo más informal del rock sabrán identificar instantáneamente a qué me refiero. Si hay discos como Dark side of the moon, Wish you were here, Sargeant's Peppers Lonely Hearts Club Band, The Joshua tree, In the court of the Crimson King, cuya mera mención no requiere ya de la autoría o de la posesión, entonces debo señalar que este disco se encuentra precisamente en esa misma esfera de representación simbólica (aunque la portada del disco, por razones de esa esquematización tan cuadrada del mundo del disco de la música clásica se encuentre en abierta oposición a ese sentido icónico antes señalado). Basta con lo señalado hasta aquí para que el entendedor sepa de qué estoy hablando, y no haya necesidad de agregar nada más.

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