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martes, 21 de agosto de 2012

Bach • Die Kunst der Fuge • Amsterdam Loeki Stardust Quartet [mp3 @ 320 kbps]

Holanda (o Países Bajos) se encuentra ubicada aproximadamente en el centro de Europa, y desde hace siglos ha sido el punto de confluencia de tradiciones de todo tipo, las cuales después se diseminan hacia el resto de Europa. Allí surgió el capitalismo, o su espíritu, de acuerdo con Max Weber. En Holanda hallamos una de las pocas ciudades (y próximamente todo Uruguay) en donde el consumo de marihuana es legal y en donde esta planta es usada desde infusiones para té, hasta tinta para computadoras, camisas, adornos, y un sinfín de chucherías, todas elaboradas a partir de esta simpática y útil planta (satanizada por el capitalismo en aras de usarla como pretexto de dominación). No es de sorprender que sea en este país donde más florezcan agrupaciones musicales inusuales y que realicen arreglos exóticos de obras de sobra conocidas.

El cuarteto de flautas Amsterdam Loeki Stardust es esa clase de conjuntos que sólo en un lugar como los países Bajos podría haber surgido, fruto de la experimentación y del deseo de ampliar los registros musicales existentes. El arreglo que hicieron en 1998 de El arte de la fuga, la obra póstuma de Johann Sebastian Bach, es uno de los arreglos más asombrosos y deslumbrantes que he podido escuchar. Dado que el autor no especificó la dotación instrumental para esta composición, no fue sino hasta bien entrado el siglo XX que se empezó a ejecutar y a adaptar la partitura original para distintas dotaciones instrumentales, e incluso Ferruccio Busoni se atrevió a proponer una conclusión a la inconclusa fuga final, demostrando que a veces ni el silencio más estruendoso puede llegar a algunos cráneos. Como sea, de las múltiples versiones que hay de esta obra monumental, esta es una de mis predilectas, pues se escuchan con absoluta transparencia las voces fugadas y sus diversos desarrollos, hasta el asombroso y elocuente final inconcluso, que en esta versión alcanza el nivel casi de una revelación en medio de la apnea. Un disco exquisito, deslumbrante, una interpretación que me sigue pareciendo apabullante, que quita la respiración.

lunes, 20 de agosto de 2012

John Foulds • A World Requiem

El nombre del compositor inglés John Herbert Foulds (1880-1939) es prácticamente desconocido fuera de Gran Bretaña, y su momento de mayor fama le llegó probablemente a través de a esta extensa obra de una hora y media de duración, apenas grabada hace unos cinco años atrás, pero estrenada el 11 de noviembre de 1923 en Londres, en el Royal Albert Hall, la noche del armisticio en memoria de los caídos durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), y dirigida por el propio compositor, quien dirigió a un total de 1'250 intérpretes, lo que da una idea del tamaño de la obra, acorde a su duración. Escrito entre 1919 y 1921, este Réquiem mundial fue concebido como un tributo a todas las víctimas de la gran guerra, sin importar de qué país fueran originarios, y fue dedicado a la memoria de su esposa. El compositor gustaba de llamar a su obra como "un cenotafio en sonido". La obra tuvo tal éxito, que se volvió a interpretar en cada aniversario subsiguientehasta 1926, cuando los apoyos para su ejecución cesaron, y la obra cayó en el olvido, sin volver a escucharse.

El lenguaje musical de la obra es más bien una mixtura de muchas fuentes diversas, acorde con los excéntricos gustos del compositor, quien además tenía intereses tan diversos como la filosofía y religiosidad hindú, y el espirismo, entre otras. Fue uno de los primeros compositores en interesarse en el microtonalismo, y en algunas partes de la obra es posible escuchar cómo las cuerdas, especialmente, tocas algunos pasajes en cuartos de tono, algo en verdad curioso para un país cuya música ha sido tradicionalista y apegada al conservadurismo a lo largo de casi toda su historia. Hay pasajes, como en Elysium, donde es posible oír algo que podría llamarse, tal vez con demasiada libertad, proto-minimalismo, y en otras partes pasajes que recuerdan el procedimiento compositivo de la Farbenmelodie de Schönberg. Sin embargo, el uso idiosincrático de las cuerdas es tan característicamente inglés que resulta casi imposible pensar que una obra como esta hubiese sido escrita en otro país o en otra tradición musical.

Esta versión fue grabada en vivo, el 11 de noviembre de 2007 en el Royal Albert Hall, donde fue estrenada 84 años antes, en su primer reinterpretación desde 1926, cuando la obra cayó en el olvido.

John Herbert FOULDS (1880-1939)
A World Requiem, Op. 60 (1918-21) [89:58]
(for soprano, contralto, tenor and baritone soli, small chorus of boys and youths, full chorus, orchestra and organ; A tribute to the memory of the Dead [a message of consolation to the bereaved of all countries])

Dedicated to M.M.C. (his wife Maud McCarthy) 

Jeanne-Michèle Charbonnet (soprano)
Catherine Wyn-Rogers (mezzo)
Stuart Skelton (tenor)
Gerald Finley (baritone)
Trinity Boys Choir
Crouch End Festival Chorus
Philharmonia Chorus
BBC Symphony Chorus 
BBC Symphony Orchestra
Leon Botstein 

Royal Albert Hall, London (live), 11 November 2007 
premiere recording 
[45:08 + 44:50]

jueves, 16 de agosto de 2012

Rameau • Nouvelles Suites • Calefax Reed Quintet

El extraordinario quinteto holandés Calefax Reed Quintet es una de las agrupaciones más versátiles del mundo de la música occidental actual. Con una trayectoria que abarca ya un cuarto de siglo, el quinteto ha obtenido innumerables reconocimientos y ha dejado ya una pléyade de discos en verdad sorprendentes. Con un repertorio que abarca cinco siglos de música, desde el Renacimiento hasta el siglo XX y XXI, lo mismo tocan arreglos de piezas populares, barrocas, renacentistas, románticas, impresionistas, que música contemporánea escrita especialmente para ellos por compositores como Heinz Holliger, Karlheinz Stockhausen, Mauricio Kagel, Jonathan Harvey y Peter Eötvös, entre otros.

Integrado por el oboísta Oliver Boekhoorn, los clarinetistas Ivar Berix y Jelte Althuis, el saxofonista Raaf Hekkema, y el fagotista Alban Wesley, quien además afirma es el mejor futbolista del conjunto, se caracterizan por presentar en vivo cada pieza o conjunto ante el público antes de interpretarla. Pero lo más asombroso y agradecible es que cada pieza interpretada por el conjunto parece haber recién salido de la paleta musical del autor, y todo suena nuevo, deslumbrante, lleno de encanto y seducción. Imaginativo y virtuoso, Calefax entrega en cada ejecución una muestra de dominio técnico y destreza interpretativa pocas veces vista. Las tres suites de Jean Philippe Rameau incluidas en este espectacular álbum fueron arreglados por Raaf Hekkema y Jelte Althuis, y en verdad que quitan la respiración y llenan de emoción por la transparencia, brillantez y virtuosismo desplegados en cada una de ellas. Un disco simplemente EX-QUI-SI-TO.

lunes, 13 de agosto de 2012

Ad vielle que pourra [1989 QUEB] Ad vielle que pourra

Ad vielle que pourra es el nombre de un grupo de origen franco-quebequés fundado en 1989 por Daniele Thonon, acompañado de su hermano Luc y otros músicos quebequenses. Originalmente se dieron a conocer gracias a un deslumbrante álbum debut que, según mi memoria, era homónimo del mismo grupo, pues resulta impensable que un conjunto musical que reivindicara las tradiciones musicales y lingüísticas de su tierra bautizara su primer disco con un título en inglés. No recuerdo ya la portada del disco, pero sé que el título con que aparece incluso en Wikipedia es incorrecto. Señalo este dato porque por toda la web se divulga como el título original del álbum el de New French Folk Music, lo cual es no sólo falso, sino semánticamente erróneo, pues el grupo ni siquiera cantaba en francés, sino en bretón y en quebequés. Es por ello que en la portada que circula en la web, y que acompaña esta nota, he borrado el título en inglés que esta trae y he dejado sólo el nombre del grupo, bajo la advertencia que ni siquiera esta es la portada original, y es más bien un torpe ardid mercantil de la disquera para tratar espuriamente de ampliar el mercado al que va dirigido.

Ad vielle que pourra se movía en la misma línea más o menos que otros grupos similares en el Viejo continente, como Milladoiro y Malicorne, entre otros, quienes recurrían a la música tradicional de origen bretón que dominó casi toda Europa hasta el medievo, desde las regiones más apartadas de las islas británicas hasta la región ática pasando por todo el continente. Este tipo de música tradicional es básicamente de baile y su cárácter festivo es más que evidente, si bien Malicorne en el Midi francés la mezclaba con la tradición del canto corso y algunos ligeros tonos de rock progresivo, por lo que en no pocas ocasiones resulta una música melancólica.

El primer álbum del grupo parecía auspiciarle una brillante trayectoria, pero en casi diez años de actividad apenas grabaron cuatro discos, y entrada la segunda mitad de la década el grupo desapareció. Ad vielle que pourra hace referencia al sonido de la vielle, un instrumento tradicional equiparable a la gaita, de fuerte presencia en su música, y con su álbum debut dejó un legado de la riqueza y brillantez de la cultura quebequés de origen bretón que hasta el día de hoy resulta emocionante de escuchar.

01. Schottische du Stockfish (4:15)
02. Malloz AR Barz Koz O Vervel (3:07)
03. Chupad Melen/Hanterdro Tid'poc'h (3:10)
04. L' Agacante/Vaise du Milieu/Valse du Faucigny (4:57)
05. La Pucelle d'Ussel (2:38)
06. Les Filles de France (5:53)
07. Suite de Gavottes Evit Leroux (4:32)
08. Bourrées Dans le Jardin (5:31)
09. Polkas Ratées (3:07)
10. Valse des Coquelicots/Java Niaise (1:39)
11. Fillettes des Campagnes (2:31)
12. An Dro Pitaouer/An Dro Evit Jakeza (5:17)



Clement Demers: Accordion, Percussion, Vocals
Gilles Plante: Chalumeau, Bombardes, Recorder, Vocals
Allain Leroux: Bouzouki, Mandolin, Violin, Vocals
Daniele Thonon: Guitar, Accordion, Hurdygurdy, Vocals
Luc Thonon: Bagpipes, Recorder, Sax, Vocals



jueves, 9 de agosto de 2012

King Crimson [1969 UK] In the court of the crimson king [2009 Stereo mix, mp3 @ 320 kbps]

En la historia del rock, son pocos realmente los discos icónicos que además rompieron esquemas y marcaron generaciones. Uno de esos álbumes fue el álbum debut intitulado In the court of the crimson king. An observation by King Crimson, aparecido en 1969. Obra maestra del rock progresivo británico que combinaba los sonidos melódicos de la llamada Canterbury scene con el rock, el pop, sonidos sinfónicos mezclados con jazz y jazz free, y largos pasajes improvisados y de tonos aleatorios, el disco fundó realmente un nuevo género, que si bien ya existía en el sentido de discos monotemáticos o programáticos, como Sargeant Pepper de The Beatles, alcanzó con este un nuevo nivel de complejidad y originalidad. King Crimson realmente alcanzó con este disco un nivel que hasta antes de su aparición era inimaginable para el rock.

21st century schizoid man, la pieza con que abre el disco, llena de sonidos distorcionados y texturas ásperas e irritantes, parecía anticipar un mundo de pesadilla que ahora, justo entrados ya en plena era, parece confirmarse. Esta canción marca en realidad no sólo el punto de inicio del álbum, sino también el de llegada, pues concluirá con una sección similar más adelante. Hoy en día, es considerada el himno anticipatorio de una generación. I talk to the wind en cambio es una canción casi pastoral, casi bucólica, pero de enigmática belleza, que marca un fuerte contraste con la precedente, llena de toques jazzeados. Epitaph se volvió casi de inmediato en el primer clásico del rock progresivo, y la auténtica obra maestra del disco, con abiertos tonos sinfónicos y de grandeza musical que The Beatles apenas había vislumbrado en álbumes como Abbey Road o el mencionado Sargeant Pepper. "Confussion will be my epitaph", el himno mortal de nuestra generación que King Crimson supo deletrear antes que nadie y cuya fuerza y originalidad siguen intactos a más de 40 años de su aparición. Moonchild, una extraña canción de cuna futurista, con un amplio y sorprendente pasaje de libre improvización que roza los terrenos del jazz free y que abarca más de la mitad de la duración de la canción, es un ejemplo de la destreza instrumental del grupo. The Court Of The Crimson King, la última canción del álbum, retoma el tono sinfónico del álbum y nos ofrece un ejemplo de la enorme soltura y brillantez interpretativa de los integrantes del grupo.

En 2009, al cumplirse 40 años de su aparición, Robert Fripp decidió conmemorar tal aniversario con una nueva edición del mismo, lo que normalmente se llamaría una edición remezclada, como hizo Genesis con casi todos sus discos de la etapa Gabriel antes del Selling England by the pound. Robert Fripp se dirigió a las tomas maestras originales del álbum, y realizó una nueva mezcla en auténtico sonido estereofónico, dándole no sólo brillantez inusitada a un disco ya de por sí asombroso, sino profundidad y cuerpo, especialmente en la extensa sección improvisada de Moonchild, donde originalmente una infinidad de matices percusivos simplemente pasaban desapercibidos, y todos los sonidos se mezclaban como un muro aplastante de sonido uniforme e irreconocible. Fripp le devuelve la gloria y brillo a un disco que en su nueva edición es simplemente insuperable, y hora de mandar a descansar cualquier vieja edición que tengan en su colección, pues esta es, sin lugar a dudas, la edición definitiva de un clásico, en toda la extensión de la palabra.

lunes, 6 de agosto de 2012

Oscar Chávez [1972 MEX] La Llorona [mp3 @ 320 kbps]

Oscar Chávez es uno de los cantantes rescatistas de la canción y las tradiciones populares mexicanas más notables de nuestro país. Con una trayectoria de más de medio siglo, y con una clara filiación política de izquierda, cercano no sólo a los movimientos populares sino a los partidos de izquierda, desde el viejo y proscrito Partido Comunista Mexicano hasta el actual Partido de la Revolución Democrática, ha sabido conjuntar el trabajo de rescatar viejas canciones populares, con la creación de sus propias canciones y de la sátira política, materia en la cual él es un pionero. En 1972, cuando yo tenía apenas 8 años de edad, sacó uno de sus más exitosos discos: La Llorona

En este icónico disco, probablemente el más exitoso de toda su carrera, y uno de los más importantes en toda la historia de la música grabada en México, Oscar Chávez recoge una serie de canciones populares oaxaqueñas, algunas de ellas con letras nuevas escritas por el periodista, escritor y narrador Andrés Henestrosa. La más célebre de todas es la que le da título al disco, una célebre canción mexicana que retoma la leyenda de origen incierto y que algunos remiten incluso a tiempos de los aztecas, de una mujer que al perder sus hijos lamenta su pérdida en las noches. Para esta hermosa canción mexicana no existe una letra oficial o definitiva, y Oscar Chávez aprovecha la libertad que proporciona este hecho para ofrecer la que en opinión de muchos es la mejor versión que se haya hecho hasta la fecha de esta bellísima canción popular, que ha sido grabada e interpretada por infinidad de cantantes, y ejecutada por gente como Christina Pluhar y L'Arpeggiata (en un lamentable disco de reciente manufactura) y Lila Downs, cantante oaxaqueña-estadounidense, quien también la destruye con singular alegría, quitándole todo su dramatismo y belleza.

Como sea, ya que alguien me solicitó compartiera algo de música popular mexicana hace poco, pues aquí está este disco icónico de la cultura popular mexicana con uno de sus mejores intérpretes. Disfrútenlo.

viernes, 3 de agosto de 2012

[SUPERB!!!!] Keith Jarrett [1978 US] Sun Bear Concerts [mp3 @ 320 kbps]

Si existe un jazzista que ha cambiado la historia de la música de forma radical, si hay un jazzista que ha creado una forma única y exquisita de crear música en formas nunca antes imaginadas, ese es Keith Jarrett. Muchos lo descubrimos por su celebérrimo álbum The Köln Concert, de 1975, y que lo lanzó a la fama internacional más allá de las fronteras del territorio jazzístico. Jarrett ha hecho cosas en el mundo del jazz que nadie antes que él había hecho, o no con la hondura y radicalidad que él propuso. Sin duda, Keith Jarrett es la figura del jazz más importante del último medio siglo, y de ese tamaño es su legado. Aquel legendario álbum por el que lo descubrimos retrata el Jarrett más arriesgado: aquel que decide improvisar sobre el escenario, sin ningún plan ni preparación previa. Si en el ámbito de la música barroca el arte de la improvisación se daba a partir de un tema dado de sobra conocido como para poder juzgar las habilidades improvisatorias del intérprete, Jarrett lleva esta idea a su máxima expresión (originaria, además, del ámbito del jazz, donde la improvisación cobra un valor fundamental) con toda una amplia gama de álbumes grabados en vivo e improvisados en su totalidad.

Sun Bear Concerts son la siguiente escala en el complejo mundo de improvisaciones musicales creadas por este gran, enorme genio de la música moderna. Originalmente se trataba de diez discos de vinyl, y en su versión digital seis CD, y se pueden considerar como una de las cúspides del jazz, y sin duda, el momento de mayor genio y brillantez de su carrera, llena de espectaculares logros. Y sería del todo inútil buscar un equivalente en el ámbito de la música clásica o la contemporánea puesto que en este tipo de música o de intérpretes la improvisación se halla sumamente restringida, cuando no en algunos casos abiertamente proscrita, de modo que el músico o melómano acostumbrado a las estructuras formales de la música clásica europea se hallará aquí sin asidero alguno.

Se trata de cinco extraordinarios conciertos totalmente improvisados dados en noviembre de 1976 en cinco ciudades japonesas distintas, y registrados en toda su magnificencia y carácter hipnótico, seductor, en toda su deslumbrante gloria. Es casi imposible no sentirse arrastrado por esta forma apabullante de improvisar, de crear un flujo musical de enorme fuerza expresiva y de constante sorpresa, de novedad en novedad, de tonos y acentos diversos, de absoluta genialidad incontenible en formas clásicas o preestablecidas. Estos seis discos son una absoluta joya imperecedera de uno (o varios, si se prefiere) de los momentos más lúcidos y lúdicos que haya tenido la música occidental en cuatro siglos. De ese tamaño es el logro alcanzado por Keith Jarrett.


CD 1
"Kyoto, November 5, 1976, Part 1" - 43:55
"Kyoto, November 5, 1976, Part 2" - 34:05

CD 2
"Osaka, November 8, 1976, Part 1" - 38:58
"Osaka, November 8, 1976, Part 2" - 31:09

CD 3
"Nagoya, November 12, 1976, Part 1" - 35:36
"Nagoya, November 12, 1976, Part 2" - 39:56

CD 4
"Tokyo, November 14, 1976, Part 1" - 40:22
"Tokyo, November 14, 1976, Part 2" - 35:22

CD 5
"Sapporo, November 18, 1976, Part 1" - 41:05
"Sapporo, November 18, 1976, Part 2" - 33:56

Bonus tracks on CD reissue:
CD 6
"Encores: Sapporo" - 10:56
"Encores: Tokyo" - 8:23
"Encores: Nagoya" - 4:03

Recorded in concert in Kyoto, November 5; Osaka, November 8; Nagoya, November 12; Tokyo, November 14; and Sapporo, November 18, 1976.


jueves, 2 de agosto de 2012

Hans Zimmer • The Dark Knight Rises (OST) (iTunes Deluxe Version)


En mi muro de facebook comenté mi sorpresa al escuchar la música original para el filme The Dark Knight Rises, de Hans Zimmer. En efecto, la música para cine suele no ser de mi particular agrado, no sólo por el aspecto derivativo de esta clase de música, sino por el hecho de estar demasiado ligada a las imágenes y a los efectos que intenta subrayar. No pocas veces la música escrita para cine tiene muy poco valor musical en virtud de su aspecto de acompañante de las imágenes. Por no mencionar otro aspecto no menos relevante: es una música que envejece con demasiada rapidez, convirtiéndose muchas veces en un estorbo para lo que uno ve en pantalla, en virtud de los cambios en las modas musicales. No sé si este vaya a ser el caso en este último aspecto, pero debo reconocer que la música que escribió Hans Zimmer para esta película, la última del ciclo dirigido por Christopher Nolan, es simplemente espectacular. No he visto la película aún de modo que me es imposible relacionarla con imágenes específicas, si bien ciertos aspectos típicos de la música que acompaña escenas de acción son bastante evidentes.

La ventaja de escuchar una música así es justamente la de la libertad de no tener que relacionar lo que se escucha con lo visto. Por otro lado, desconozco si el orden de las piezas en el disco corresponde a la secuencia fílmica, e incluso desconozco si las piezas son interpretadas en secuencias completas o de manera fragmentada, pero en el disco la mayor parte de la música aparece secuenciada, sin cortes abruptos entre una y otra, lo cual ya indica un deseo del compositor de que sea escuchada de esa forma: como un discurso musical coherente, en lugar de uno fragmentario y desconectado, a la manera de una suite de una hora de duración. En tal sentido, la intensión de Zimmer es clara: desea que la música aquí interpretada viva más allá de la pantalla, aunque siempre quedará la pregunta de hasta qué punto eso podrá suceder, es decir hasta qué punto podría convertirse en música para concierto.

Como sea, el resultado de lo que aquí se escucha, más allá de ciertos clichés en torno a movimientos de aceleración bastante obvios, es el de una música de enorme poder sugestivo, llena de vigor y fuerza expresiva, con un notable lirismo de grandes dimensiones y con amplios planos percusivos de enorme efectividad. Se trata de uno de los mejores trabajos que he escuchado de música para película, que podría tener una vida más allá de las imágenes y convertirse en música de concierto sin mayor problema. Vale la pena asomarse a esta música sugerente y ominosamente poética.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Isles of wonder: music for the opening ceremony of the London 2012 olympic games

No hay mucho que decir, desde el ámbito meramente musical, de lo que se escuchó en la ceremonia inaugura de los XXX Juegos Olímpicos de londres, salvo el hecho palmario que  dentro del orgullo inglés por la música, la música contemporánea, o clásica, brilló por su ausencia. pero quizás también el hecho de que no haya aparecido signifique otra cosa: con todo y su espíritu conservador, el pueblo británico prefiere la música pop, el rock, que la elaborada música salida de los compositores académicos. sin duda, la gran música que ha dado identidad a los británicos durante el último medio siglo no salió de ningún conservatorio, sino de músicos con menos pretensiones, y el rock y el pop son el idioma universal de la juventud en todo el mundo. Con todo, hay que reconocer que en una ceremonia de este tipo lo múltimo que se espera es que se interprete una sinfonía o una obra abstracta de algún brillante músico inglés. Como sea, ante algunas peticiones que me llegaron para compartir la música de esa noche inaugural, aquí está el álbum doble que contiene la música de esa velada, sin incluir la música de Paul McCartney: incluye el booklet preparado para esta edición especial de dos discos. Disfrútenlo.