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miércoles, 28 de marzo de 2012

Leoš Janácek • Jenufa • Haitink


Jenufa es la obra maestra de Leos Janacek, quien en su búsqueda de un lenguaje propio, ajeno tanto al bel canto italiano como a los excesos del romanticismo, se topó no sólo con la música popular sino con la creación de una forma de presentar a los personajes de su ópera de una forma que resultó totalmente novedosa y precursora de las ópera modernas, al prescindir de la obertura y de los recitativos, y en su lugar construyó un discurso musical que permitía a los cantantes actuar de una manera más natural y cercana al habla cotidiana, sin afectación ni alteración de la expresión. Y aunque la versión original de la obra parece haberse perdido, lo que tenemos de ella es lo suficientemente atractivo como para haberse convertido en una de las ópera no tradicionales del ámbito italiano que más se representan en el mundo, pese a que para ello es casi siempre necesario buscar cantantes específicos que hablen y entiendan la lengua usada por el compositor. La versión de Bernard Haitink aquí presentada es una de las más importantes y destaca por su brillante y vibrante lectura de la obra, permitiendo al escucha una aproximación emotiva e inteligente a la vez a una obra de gran belleza y originalidad. Un disco especialmente valioso.

martes, 27 de marzo de 2012

Bartók • Concerto for Orchestra • Dudamel

La crisis que la industria discográfica mundial vive la sufrió primero el área de lo que podría llamrse música clásica, y en donde las grandes casas especializadas no atinan todavía cómo ponerle una solución. Se pensó que las descargas musicales podrían ser una de las formas de enfrentar el asunto, pero no ha sido así. De hecho, apostar por ellas parece no haber sido una buena solución, ya no digamos para las disqueras, sino incluso para los artistas. La serie DG Concerts de la célebre disquera alemana fue un intento por acercar al público melómano a las salas de concierto a las que por ubicación nacional estaría imposibilitado de acudir.

El mejor ejemplo de ello es esta grabación de 2007, que originalmente solo estaba disponible en descarga mediante pago previo. Así, la disquera del sello amarillo pensó que se ahorrarían todo el irigote de fabricar el CD físico, imprimir un booklet y contraportada, y poner todo en un estuche de plástico y después distribuirlo en las miles de tiendas alrededor del mundo. Pero el ahorro no fue tal, porque la grabación muy pronto apareció en páginas para descarga gratuita, como esta misma, que lo publicó en septiembre de 2008 bajo el lema ¿para qué pagar si lo puedes tener gratis? Y en efecto, la calidad de la descarga era realmente pobre, 128 kbps, con lo que su posible calidad se perdía, como efectivamente sucedió. El aspecto adicional es que el chiste de un concierto es poder verlo, y no sólo oírlo; además, por lo general, tanto los propios músicos como el público en general no están acostumbrados a este tipo de registros musicales, más comunes en el mundo del rock y el jazz, donde los fans quieren tener todas las grabaciones posibles de sus héroes musicales. Y si además, como aquí sucede, nos enfrentamos a una versión de concierto poco inspirada, sin casi nada de imaginación, pese a la emoción que uno siente manifiesta el público asistente, el resultado es bastante decepcionante. Es natural que esta grabación no haya salido en CD físico, pero ella misma atenta contra su futuro como testimonio de las posibilidades del director. Pero, no me crean, mejor escúchenla, y decidan por ustedes mismos.

lunes, 26 de marzo de 2012

Janacek • Sinfonietta, Capriccio, Glagolitic Mass • Boulez BBC Proms 2008

Hoy celebramos un año más de vida de una de las figuras musicales e intelectuales más relevantes del pasado siglo: Pierre Boulez. No ha sido, por cierto, una celebración unánime, y hay quienes no le soportan o no les interesa. Pero a nosotros sí nos importa su legado, que es básicamente musical, pero también abarca el ámbito de las poéticas de vanguardia y las experimentaciones que se dieron durante casi más de medio siglo.

Para celebrarlo, comparto con ustedes uno de los conciertos más notables pero al mismo tiempo más peculiares de su trayectoria: el dedicado al compositor Leos Janacek en los Proms de 2008 de la BBC de Londres. Jancek no es precisamente un compositor con quien se le relacione de primera instancia al maestro francés, pero si uno piensa en el hecho de que Janacek buscó alejarse del romanticismo imperante lanzándose a la búsqueda de un lenguaje personal que estuviera relacionado con sus necesidades expresivas, es más factible entender por qué Boulez le dedicara todo un programa a su música. Originalmente compartido como archivo sonoro en formato mp3, a principios de 2009 en la anterior edición de la Fonoteca, y en formato de video para el cuarto aniversario del año pasado, ahora lo repongo parta deleite de todos los amigos de este espacio, y para celebrar al querido maestro. Feliz cumpleaños, maestro.

viernes, 23 de marzo de 2012

John Cage • 4'33'' [BALI'S DAY OF SILENCE]

Casi a diario en el mundo (en el mundo occidental) se celebra el día de algo: el día mundial de la poesía, el día del agua, el día del árbol, el día del nopal, el día de las habichuelas, el día del zapato roto, y casi todos esos días no ocurre nada en particular. Nos encanta celebrar y conmemorar, pero tales días no implican ninguna obligatoriedad. Tales días podrían no existir y no pasaría nada, porque a nadie le importan. Al mundo le vale madre porque Occidente es egoísta por definición y por su origen judeo-cristiano.

Pero el día de hoy, en un rincón del mundo donde Occidente prácticamente no existe, o se encuentra arrinconado, en Bali, se celebra un día que no se parece a ningún otro: el día del silencio, previo al año nuevo balinés. El poeta mexicano Aurelio Asiain nos recordó hoy este día en su cuenta de Facebook. Y para acercarnos al espíritu de este día tan especial, y tan ajeno al ajetreo occidental, hoy comparto una de las obras más peculiares de la tradición musical (¿o habrá que decir a-musical?) occidental, 4'33", Cuatro minutos treinta y tres segundos, de John Cage, una obra compuesta de puro silencio y que dura exactamente lo que su título indica. Feliz año nuevo balinés.

jueves, 22 de marzo de 2012

SFO 2005 • John Adams: Dr. Atomic + Dr. Atomic Symphony


El 1 de octubre de 2005, la Opera de San Francisco estrenó la largamente esperada ópera de John Adams, Doctor Atomic, con un éxito absoluto. Basada en la historia del célebre Proyecto Manhattan, la ópera es un ejercicio deslumbrante de imaginación y poder expresivo, con un montaje espectacular pero acorde a la escuela minimalista que la música de Adams representa. Fue tal el éxito de esta obra, comisionada por la Opera de San Francisco, que dos años después el compositor realizó una versión instrumental de los pasajes más importantes y representativos de la obra, y bajo su misma dirección, la estrenó en los BBC Proms, al frente de la Orquesta Sinfónica de la BBC de Londres. En octubre de 2008, el Met de Nueva York la puso en escena nuevamente, y en México pudimos disfrutar del montaje gracias a las transmisiones en alta definición que empezaron ese año en el Auditorio Nacional. Cada representación de la ópera ha sido un éxito, y además de las dos mencionadas, ha tenido representaciones en la Opera Lirica de Chicago y la Opera Nacional Neerlandesa (2007) así como la Opera Nacional Inglesa (2009), y es probable que jamás se presente en México, y muy difícilmente en algún país de América Latina.

Lo que ahora comparto con ustedes el el audio de los estrenos mundiales tanto de Doctor Atomic en San Francisco, el 1 de octubre de 2005, así como el de Doctor Atomic Symphony, bajo la dirección del compositor, lo que, adicionalmente, es una prueba de la memoria histórica de este proyecto, que va para su quinto aniversario, además de que dichos archivos no se perdieron con la desaparición de la versión previa de la Fonoteca.

miércoles, 21 de marzo de 2012

[PEDIDO] Quasimode [2007a JAP] The land of freedom

En la etapa previa de la Fonoteca dimos mucho espacio al jazz, en especial al de lugares poco identificados con este maravilloso género, y uno de esos lugares donde la música es siempre una sorpresa es Japón. Y a petición de algunos amigos, hoy les comparto uno de los discos más espectaculares que desde aquellas regiones llegaron a este espacio. Se trata del fenomenal combo japonés llamado Quasimode, al que escuché por primera vez gracias al espléndido programa de Gilles Peterson, Worlwide, transmitido cada semana por la BBC Radio 1, hará unos tres años atrás, es decir al poco tiempo de haber sido lanzado este discazo extraordinario.

Quasimode se fundó en 2002 en la zona underground de Tokio, donde el grupo se volvió uno de los live acts más atractivos de la activa vida jazzística nipona, y desde su fundación estuvo conformado por Yusuke Hirado (piano y teclados), Takahiro “Matzz” Matsuoka (percusiones), Takashi Okutsu (batería), y Kazuhiro Sunaga (bajo). La deslumbrante calidad de sus interpretaciones, vivaces y virtuosas está perfectamente resumida por la pieza que Peterson puso en su programa (que en algún lugar de mi computadora aún conservo, pues trae muchas maravillas que aún ando persiguiendo): The man from Nagpur, una energética pieza con toques de jazz latino en la que el piano y la trompeta se entrelazan y dialogan, alternando sus voces de manera exquisita y virtuosa, casi como invitando al escucha a salir a la pista de baile, despreocupados de todo y hundiéndose en las mareas de buen ritmo y un perfecto feeling.

El disco marcó el debut internacional del grupo, que ese mismo año sacó su segundo y también deslumbrante álbum, mismo que tendré oportunidad de compartir más adelante con ustedes. Pero pocos álbumes debut podrían estar marcados por tal pasión y virtuosismo interpretativos al lado de una vena imaginativa y rítmica en verdad deslumbrante. Y es verdad, una vez que se escuchan los primeros acordes de cualquera de las once piezas del disco es imposible no seguir escuchándolos, y no querer pasar de una a la siguiente. Sí, así de extraordinario es el disco. Uno oye cada pieza, y quisiera quedarse en ella, no pasar a la siguiente, pero oye la que le sigue, y el resultado es asombroso: mejor que la anterior, con matices y tonos distintos, impensados.

Sin duda, Quasimode su suma a la larga lista de músicos provenientes de aquellas tierras (Tomita y Kitaro en la música electrónica, Casiopea en el jazz, y Satoshi Tomiie en el mundo de los DJs) que arrojan una bocanada de aire fresco al mundo de la música europea.

martes, 20 de marzo de 2012

Haydn • Cello Concertos, Symphony #104 • Pieter Wispelwey, Ensemble Florilegium

Después de que a las 12:02 del día de hoy la ciudad de México y otras regiones del país fueran azotadas por un temblor oscilatorio de 7.8 grados en la escala de Richter, mayor que el que azotase a esta ciudad capital el 19 de septiembre de 1985 y que fue una combinación mortal de sismo oscilatorio-trepidatorio, podemos reportar que no hubo daños de consideración ni decesos qué lamentar, por lo que todo parece haber vuelto a la normalidad en esta megaciudad. Y al parecer en otras ciudades y poblados del país donde se sintió el sismo no hubo tampoco daños de consideración, si bien hay reportes de algunos ataques de pánico y algunos daños menores: cuarteaduras en edificios, alguna barda derribada y un puente peatonal caído sobre un vehículo de transporte colectivo que, para sorpresa de propios y extraños, iba vacío al momento de ser aplastado, reportándose el chofer sólo con algunas lesiones menores. Pese a su extensa duración, casi dos minutos me dicen algunos amigos y vecinos, la serena respuesta de los
pobladores de la ciudad capital ayudó a que no pasaran cosas más graves. Yo no sentí el temblor porque justo al momento de que ocurrió estaba yo en el auto familiar rumbo a la casa, de modo que por el movimiento natural del vehículo no pude sentir nada.

Para aliviar el recuerdo de un momento bastante amargo, que nos recuerda lo efímero de todo esfuerzo humano frente a las fuerzas de la naturaleza, comparto con ustedes los conciertos para violonchelo de Franz Joseph Haydn en una interpretación simplemente espectacular y vibrante, a cargo del violonchelista holandés Pieter Wispelwey, acompañado por el ensamble de cámara Florilegium, especialista en música barroca y clásica. Extaordinaria interpretación que despoja a estos conciertos de esa pesadez (¿o pesadumbre?) que las orquestas modernas le han impuesto, ofreciéndonos la oportunidad de escucharlos en toda su transparencia y vivacidad. El disco incluye una versión reducida de la sinfonía # 104 que es simplemente una delicia.




viernes, 16 de marzo de 2012

Los jaivas [1981 CHI] Alturas de Macchu Picchu

Para cerrar una semana algo movida para un servidor, toca el turno a uno de los grupos legendarios del rock fusión progresivo chileno Los Jaivas, quienes buscaron siempre fusionar elementos de la música tradicional andina con el rock. Nunca fueron propiamente un grupo de rock progresivo, pero el disco que más se aproximó al género fue justamente el que ahora les presento.

Grabado en 1981 y acompañado de múltiples instrumentos andinos y ritmos populares, fusionados con el rock y su escuela semi-progresiva en la medida que utilizaban no sólo una idea conceptual y canciones que rompían el tradicional esquema de duración superior a tres minutos, Alturas de Macchu Picchu toma su nombre de una de las secciones del monumental volumen poético de Pablo Neruda, Canto general, adaptado muy libremente para crear un discurso lírico-musical de enorme fuerza y originalidad, y creando el que peude considerarse, sin el menor asomo de dudas, como el mejor disco de rock de la historia de Hispanoamérica.

En efecto, la brillante y perfecta fusión de elementos culturales de origen claramente europeos (el rock progresivo sinfónico) con ritmos andinos y populares dieron como resultado un disco excepcional, vuelto objeto de culto casi inmediatamente, incluso por quienes normalmente no tenían la costumbre de escuchar música andina. El disco generó incluso un "documental" pobremente elaborado, con fotos fijas y algunas tomas panorámicas de la ciudad de Macchu Picchu, con fotos fijas del grupo en la ciudadela, y algunas partes recitadas del poema por el propio Neruda. En mi caso, inspiró algunos de mis primeros poemas de juventud.

La originalidad del disco sólo puede equipararse con otra joya del rock latinoamericano que en algunos aspectos supera a este disco en cuanto a atrevimiento musical y fusión de elementos de culturas europea y amerindia: La ofrenda de Vytas, obra maestra del rock progresivo venezolano del que hablaré en otro momento. Por lo pronto, baste señalar que Alturas de Macchu Picchu, más allá de la libertad con que proceden los integrantes del grupo al seleccionar pasajes del libro de Neruda, es una de las obras cumbres del rock latinoamericano, y en mi opinión, el mejor disco jamás realizado en estas tierras.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Thijs van Leer [1980 NETH] Collage [mp3 @ 320 kbps]

No hace mucho en el espacio de la Fonoteca hablábamos del arreglista y director de orquesta neerlandés Rogier van Otterloo, y decía allí que era lamentable el hecho de que no fuese más conocido en estas latitudes continentales en donde vivimos. Pero gracias a este ejercicio de compartir con ustedes mis archivos musicales cuantas veces sea necesario hacerlo, mientras halla vida y halla tiempo, todo tiene remedio, y la mejor forma de remediar ese vacío es seguir compartiendo el trabajo que hizo este maestro con todos ustedes.

El disco que hoy comparto es una de esas joyas que han pasado desapercibidas para los coleccionistas, ya penas un pequeño, si no es que diminuto grupo de irredentos fans fuera de los Países Bajos sabemos de su existencia. Se tratad del séptimo disco en solitario del flautista Thijs van Leer, quien fuera, ni más ni menos, que uno de los hemisferios creativos del súper-grupo neerlandés de culto de rock progresivo Focus. Seguro quienes tengan un background musical de este género musical saben perfectamente el linaje de este conjunto, integrado no sólo por Van Leer en la flauta, sino por Jan Akkerman en la guitarra, y Pierre van der Linden en la batería (ex Birds, ex Exception, entre otros grupos de culto de ese mismo país).

Pues bien, la trayectoria de Thijs van Leer como solista, a diferencia de la un tanto caótica de Akkerman, se ha movido de manera más o menos uniforme por el ámbito de la música clásica, o de lo que torpemente llaman en Estados Unidos el Easy listening o Adult contemporary. De hecho, en su natal Holanda, él es considerado un músico de música clásica, ya que parece haberse alejado de la locura creativa que significó pasar por Focus. En este séptimo álbum Van Leer retoma algunas piezas sumamente conocidas del repertorio barroco, principal, pero no únicamente, para mostrar las habilidades adquiridas en su formación como concertista, pues no debemos olvidar que no pocos de los músicos de rock progresivo tienen una sólida formación como músicos de conservatorio. Y el resultado no podría ser más satisfactorio.

Los arreglos y la dirección orquestal corren a cargo, justamente, del inolvidable Rogier van Otterloo, quien funge como un sólido y eficiente coordinador de las fuerzas instrumentales que acompañan a Van Leer, lo mismo que hizo con casi todos los artistas holandeses de la época y de la década anterior que requerían de acompañamientos orquestales en sus discos. Por supuesto, el opulento sonido orquestal es debido a Van Oterloo, y aunque no lo parezca, hay, por supuesto, un elemento que desafortunadamente data a esta producción discográfica, y es un cierto tipo de canturreo o tararaeo muy típico de ciertas regiones centroeuropeas, y que ocasionalmente puede reusltar fastidioso. En efecto, Letty De Jong es quien en algunas de las piezas del disco tararea o canturrea algunos pasajes, y si bien es cierto que no siempre lo hace mal (como en Introspection IV), en otros podría resultar algo molesto (como en Rondo II); en todo caso, eso depende de cada escucha. Y como quiera que sea, el resultado general me parece realmente espléndido, y estoy seguro que no pocos de los amigos del blog que hayan vivido en Europa, o tengan familia que haya vivido o provenga de aquellas tierras, les traerá muchos recuerdos de tiempos ya idos, pero que vale la pena volver a recordar.

Por cierto, como dato adicional, la versión digital que ahora comparto con ustedes incluye dos piezas que no venían originalmente en el disco de vinyl. Les dejo latarea de averiguar cuáles son. Sólo tienen que descargar el disco y ver la contraportada para saberlo. No es muy difícil, ¿verdad?

martes, 13 de marzo de 2012

Mexican Baroque • Chanticleer

La aparición del álbum Mexican Baroque. Music from the New Spain por parte del grupo instrumental y vocal estadounidense Chanticleer en 1994 marcó uno de los momentos más brillantes e importantes ern el proceso de rescate y visualización de la música elaborada en la Nueva España, en los estertores del barroco y el albor del rococó y el incipiente clacisismo.

Para los especialistas la a parición del disco no marcó sustancialmente alguna diferencia, pero para el gran público (y por gran público me refiero a esa minoría culta e informada que gusta de este tipo de música) su aparición significó un auténtico hallazgo de un pasado casi ignorado o inadvertido, que apenas empezaba a descubrirse, y que de alguna manera no ha concluido en su eclosión entre nosotros.

Si este universo musical parecía haber pasado desapercibido hasta la aparición de este disco, lo que sí constituyó un avance importantísimo fue la extrema calidad de la interpretación y del registro sonoro, lo que hizo que esta música casi nunca escuchada fuera de círculos muy cerrados, obtuviera casi de golpe un éxito masivo de ventas y una respuesta de audición fenomenal para un disco de este tipo. Y aunque no hay datos al respecto por parte de la industria fonográfica nacional (la Amprofon, que en realidad jamás tiene datos de ninguna especie), seguramente el disco debe de haber sido uno de las más vendidos de 1994 en México, y uno de los de mayor venta sostenida con el paso de los años en nuestro país. Se trata de uno de los mejores discos que se hayan hecho del repertorio que en México llamamos novohispano, pero que en realidad podría denominarse barroco tardío, y que nos da una idea muy clara de esta magnífica música, que lo mismo se apoyaba en la tradición del alto barroco que en ciertos ecos haendelianos, preclasicistas. Una absoluta maravilla.

lunes, 12 de marzo de 2012

Mannheim Steamroller: Fresh Aire 1-5 (1974-1983) [mp3 @ 320 kbps]

Uno de los fenómenos musicales más importantes de la música underground de mediados de los años setenta del pasado siglo provino de un lugar inimaginable y de una forma de hacer música inadvertida. Precursores de lo que casi quince años después de su primer álbum comenzaría a llamarse música new age, más una etiqueta para vender cierto tipo de música instrumental que un verdadero género, el grupo estadounidense Mannheim Steamroller surgió de la pequeña ciudad de Omaha, y los amigos que lo descubrieron y comenzaron a promoverlos y compartir sus discos con los más jóvenes de nosotros en aquel entonces señalaban que el grupo era el resultado de un grupo de músicos que originalmente hacían jungles publicitarios para anunciantes locales en las estaciones radiofónicas en Illinois.

Este origen del grupo puede ser discutible, podría ser cierto o apócrifo, pero lo que definitivamente era cierto, y sigue siendo, es que sus discos, al menos durante una década fueron objeto de culto entre la comunidad que oía rock progresivo en México. Conformado por Jackson Berkey en los teclados (piano, clavicémbalo, Fender Rhodes, y sintetizadores), Eric Hansen en el bajo, guitarras acústicas y laúd, y Chip Davis en la betaría, flautas diversas y juguetes, Mannheim Steamroller fue más conocido por el nombre de sus discos, y así eran llamados en todas partes: Fresh Aire.

Originalmente no había mayor pretensión ni en los discos mismos ni en la posible fama de los propios músicos. Tan es así, que originalmente el nombre de Chip Davis, extrañamente el autor de casi todas las piezas que el grupo interpretaba, no aparecía en la portada de ninguno de los discos. No sería sino hasta entreda la década de los noventa, cuando el grupo empezó a divagar y a irse a pique al mismo tiempo que su fama se disparópor las nubes, que su nombre aparecería en la portada de todos los discos. Pero quienes aún tenemos los discos originales de la época podemos testimoniar que su nombre no venía en la portada, y de hecho, a casi nadie le importaba realmente eso: lo importante era la música.

Chocolate Fudge, del álbum Fresh Aire (1974)


Su primer disco apareció en 1974, y duraba apenas poco más de media hora, y todo parece indicar que en principio no tuvo gran repercusión de ventas, puesto que el siguiente disco aparecería tres años después, en 1977, el cual era incluso más breve que el previo, apenas por un minuto. Pero ya en este segundo disco había una intensión temática o programática, como solía ocurrir con los discos de rock y música progresiva: todo el lado 1 del disco era una suite temática dividida en siete breves movimientos de inclinación semi-barroca, en tonos bachianos, muy bien orquestados y espléndidamente interpretados, daban ya una idea del espléndido nivel musical de los intérpretes. Como el grupo no pertenecía a ninguna disquera grande sino a la suya propia, American Grammophone, abierto guiño a la alemana Deutsche Grammophon, la respuesta del público solía ser lenta, y a diferencia de los grupos de rock, no salían ni de giras ni hacían grandes esfuerzos por promover sus discos, pero el tono de melodías publicitarias fue muy bien entendido no sólo por los oyentes en general, sino por los publicistas del gobierno mexicano, quienes literalmente saqueaban cada disco para anuncios de Pemex y otras dependencias gubernamentales, no menos de lo que lo hacían con casi toda la música underground de la época (de Emerson Lake & Palmer, por ejemplo el estatal Canal 13 usó su versión a la Fanfarria para el hombre común de Aaron Copland como rúbrica del programa de José Ramón Fernández, DeporTV, sin pagar un solo centavo de regalías durante al menos 25 años de uso indiscriminado hasta que el programa desapareció).

Aunque la temática de cada disco fue algo más bien externo, para su tercer disco, de 1979, era ya evidente que el grupo había decidido darle un tono general que ordenaba, a posteriori, los dos trabajos anteriores, en torno a una suerte de idea un poco vaga respecto al paso del tiempo a lo largo de las cuatro estaciones del año, lo que quedaría confirmado con la aparición del cuarto disco, de 1981, en cuya portada se podían observar imágenes de nieve y de un sol en el ocaso, con la batería de Chip Davis al centro. La idea programática de los cuatro primeros discos quedó así establecida a lo largo de casi una década y apenas poco más de dos horas de espléndida música instrumental con una fuerte influencia bachiana y barroca, con un fuerte acento bucólico no sólo por las portadas sino por el elemento dominante de la flauta de pico, la cual remite indudablemente al dios Pan, más que a Dionisios, además de múltiples sonidos ambientales de lluvia, insectos y brasas ardientes aquí y allá.

Small Wooden Bach'ses, del álbum Fresh Aire III (1979)

Para ese entonces el grupo había dejado de ser una curiosidad o un conjunto para enterados y era ya un fenómeno musical internacional, si bien dentro del específico contexto de la música underground. Fue tal el éxito del grupo, que su siguiente disco, de 1983, mucho más ambicioso que todos los anteriores, incluía un coro mixto y el acompañamiento de una orquesta sinfónica, así como un tema más específico y concreto, al tomar a Johannes Kepler como fruto de inspiración para narrar de manera más específica una historia fantástica de viajes a la luna y seres extraterrestres, dando campo abierto a la imaginación del oyente para imaginarse lo que quisiera.

El improbable éxito de un pequeño grupo instrumental, originario de una pequeña ciudad como Omaha, que originalmente vivía de hacer jingles publicitarios, literalmente despegó con este quinto disco, lleno de sueños y ambiciones, pero que en muchos aspectos ya no era el proyecto original. El grupo se convirtió no sólo en un fenómeno internacional inesperado, sino que empezó a pensar en lo que una década antes parecía imposible: embarcarse en giras internacionales (llegaron a venir al Auditorio Nacional de la ciudad de México al menos una vez), aprovechando además el surgimiento de un movimiento mercadológico que le sirvió de maravilla no sólo a ellos, sino a varios otros intérpretes de música instrumental de difícil clasificación, como el japonés Kitaro, el suizo Andreas Vollenweider, incluso el griego Vangelis, a quienes se les etiquetó indiscriminadamente como New age, una categoría mercadológica más que musical que decía muy poco del elemento a veces experimental y de fusión musical subyacente en el trabajo de muchos de ellos.

Red Wine, del ábum Fresh Aire IV (1981)

A partir de su siguiente disco, quienes crecimos oyendo sus álbumes previos, vimos cómo su trabajo se fue hundiendo, sucesivamente, en olas de mediocridad creciente, facilismo temático y conceptualizaciones kitsch, todo lo cual nos hizo alejarnos de su trabajo. Comenzaron a aparecer discos abiertamente comerciales, como los álbumes de navidad, con arreglos bastante cursis y ridículos de los villancicos de tradición inglesa, discos sobre la naturaleza, y por si algo faltara, Chip Davis decidió que su nombre debía aperecer en las portadas de sus discos, ya que las composiciones eran casi todas suyas, de modo que entre el ego de Davis y su oportunismo musical el grupo se desvaneció, poco a poco, entre álbumes que hasta algunos de sus fans más tardíos hallaban difícilmente defendibles (Fresh Aire 8 terminó siendo detestado incluso por mi hermana, quien no se caracterizó nunca por ser una experta musical en nada).

Sin embargo, la serie de sus primeros cinco discos, en particular los primeros cuatro, son un hito de la historia de la música reciente, y perfectamente disfrutables. Esta es, además, la primera vez que aparecen esos cinco discos en formato mp3 @ 320 kbps, ripeados en alta calidad, al menos suficiente para que decidan comprarlos por Amazon y tenerlos en casita. Vale la pena.

viernes, 9 de marzo de 2012

Rogier van Otterloo [1976 NETH] On the move [mp3 @ 320 kbps ripped from original Vinyl disc]

El finado director de orquesta, arreglista, compositor y pianista neerlandés Rogier van Otterloo (1941-1988) es esa clase de figuras musicales hacia las cuales es casi imposible no sentirse conectado de manera casi inmediata por su actitud cool, despreocupada y generosa a la vez. En nuestro continente su nombre es prácticamente desconocido, pero en su natal Holanda su nombre es sinónimo de toda una época y una forma de hacer música por el gusto de hacerla. Su prematura muerte, a causa de un lamentable accidente automovilístico impidió que su nombre se proyectara hacia toda Europa. Sin embargo, en los países del norte de Europa, aledaños a los Países Bajos, su nombre es bien conocido y recordado por la vieja guardia como un hombre especialmente dotado para el trabajo que realizaba en televisoras como arreglista y compositor de temas tanto de programas televisivos
como del soundtrack de la película de 1973, Turks Fruit.

Yo lo descubrí tardíamente, hará un par de años, y su espléndido sonido setentero me pareció sensacional. Hoy tal vez algunos lo llamarían un precurso del llamado sonido lounge, ese tipo de música característica del afterhours, es decir después de la pachanga, la fiesta, el reventón, como para coronar la salida con una musiquita relajante que no pierda el toque de aventura y cierta no oculta sensualidad. Pues bien, eso es lo que se escucha en este espléndido disco de 1976, en donde todas las piezas fueron compuestas y arregladas por el propio Van Otterloo, acompañado de la orquesta Metropol, una de las más célebres orquestas holandesas, y un selecto pero pequeño grupo de músicos holandeses con experiencia en el jazz y la música de estudio, comandados por Hank Elkerbout en el piano y los teclados, y Martin Kershaw en la guitarra.

El disco es absolutamente fascinante, exquisitamente bien interpretado, y uno puede sentir incluso el gusto de los propios músicos al tocar esta música cálida y sin complicaciones, invitadora a abrir un digestivo al final de un largo día, que es exactamente lo que estoy haciendo mientras escribo esta nota, y los invito a que hagan lo mismo. Yo con un moscatel, y ustedes, con lo que gusten. Brindemos por nuestro buen amigo, Rogier van Otterloo, y por ustedes, que hoy nos acompañan y reviven su espléndida música. ¡Salud, Rogier, dondequiera te encuentres!

jueves, 8 de marzo de 2012

Louise Farrenc • Complete Symphonies & Ouvertures


Para celebrar el día mundial de la mujer, que en la Fonoteca es cualquier día y no sólo un día de marzo, comparto la música de una de mis heroínas, la compositora francesa Louise Farrenc (1804-1875), a quien s
e le considera la Beethoven francesa, y con justa razón. Como ya lo he señalado, ella fue una de las pocas mujeres del romanticismo cuya personalidad creadora no estuvo supeditada a la actividad del marido, como ocurrió con otras figuras femeninas más conocidas que ella, pero vinculadas a sus esposos, como Fanny Mendelssohn o Alma Mahler, pese a que adoptó el apellido de su marido, un editor de partituras muy conocido en el París de la época. Al no ser éste un compositor activo, ella pudo desarrollar su capacidad creadora más allá de las pequeñas salas y habitaciones en donde las mencionadas compositoras solían escribir miniaturas en forma de lieder, y que por lo mismo nunca fueron capaces de desarrolar una auténmtica personalidad compositiva similar a la de los hombres. La Farrenc no sólo escribió música de cámara, canciones y piezas instrumentales de mucha mayor envergadura que cualquier cosa que hayan escrito la Mahler o la Mendelssohn, sino que además compuso música sinfónica, conciertos para piano y oberturas, muchas de las cuales fueron recibidas con entusiasmo por sus pares, entre los que se contaba Robert Schumann, quien la saludó con abierto entusiasmo y simpatía.

Las obras incluidas en estos dos discos incluyen sus tres sinfonías, de las cuales la primera y la tercera son especialmente notables, y en donde es posibe escuchar la poderosísima voz de una compositora que se siente a gusto en el mundo teutón de Beethoven no menos que en el de Mendelssohn, a quien es posible escuchar como inspirtación en algunas partes de su segunda sinfonía. Sin embargo, el influjo del genio de Bonn es perceptible en la decidida impetuosidad y fuerza de sus obras sinfónicas; y no obstante, es posible escuchar la original y firme voz de la compositora que más que seguir al o los maestros, dialoga con ellos a través de sus obras, con la admiración y la certeza de quien se sabe en tierra prometida. La interpretación de Johannes Goritzki hace plena justicia a la obra de una compositora que merecería mayor fortuna entre los melómanos por la estatura de su creación y por la fuerte personalidad que se adivina en los acordes de su obra.

martes, 6 de marzo de 2012

Vivaldi • Gloria, Magnificat, Concerti • Alessandrini

En estos días se conmemoró uno más de los aniversarios del natalicio del que es, sin lugar a dudas, el músico italiano más popular del mundo, pese a que su música sufrió del olvido durante más tiempo del que lleva siendo una figura icónica de la música barroca: Antonio Vivaldi. Y nada mejor para recordarlo que hacerlo con una de las obras que mejor nos lo retratan: el Gloria. Obra sacra de enorme popularidad, que sin embargo aquí es presentada de una manera totalmente nueva, deslumbrante, y que acaso más de uno podría pensar se trata de un acercamiento totalmente alejado de los cánones conocidos en cuando a la música no sólo de Vivaldi, sino a la religiosa en general.

En efecto, la aproximación del prestigioso clavecinista y director de orquesta Rinaldo Alessandrini a esta obra canónica se aparta, de manera radical, de la casi siempre conocida interpretación un tanto recogida, para ofrecernos un cambio radical en su aproximación.

Los movimientos rápidos, empezando por el primero, son una explosión sonora casi demencial, y la aparenete velocidad con que es interpretada parece una auténtica fiesta, como tal vez debería ser un Gloria, un tipo de obra que no busca el recogimiento sino la celebración festiva. Esto parece entenderlo Alessandrini casi al pie de la letra, lo cual no significa que toda la obra sea interpretada de esta forma.

Si este primer movimiento resulta espectacular, pero que podría ser considerado poco respetuoso, y en general los movimientos rápidos son interpretados de manera mucho más rápido de lo que casi todas las orquestas que lo habían interpretado antes de esta, los movimientos lentos son interpretados de manera mucho más lenta que lo usual. Esto, lejos de proporcionar la iamgen sonora de un desequilibrio total, por el contrario, ofrece una perspectiva renovadora, pues esta alternancia de movimientos rápidos, festivos y alegres, altamente dinámicos, en contraste con otros más lentos, casi diríase dramáticos, surge no de un deseo de contraste sino de una comprensión tanto del texto latino y la intensión celebratoria, ausente por regla general de casi todas las demás interpretaciones, mucho más homogéneas y a veces rutinarias (donde todo lo tocan igual), sino de un aspecto adicional no siempre contemplado: Vivaldi no es un compositor del continente europeo: no es un alemán regido por el ascetismo protestante, ni un inglés que busca mantener una tradición inamovible, sino un compositor italiano, mediterráneo, donde el cielo azul y el clima necesariamente afectan y condicionan la relación del hombre con su medio. Al escuchar los vibrantes movimientos de esta versión es casi imposible no pensar en Monteverdi y los brillantes colores que las orquestas barrocas han puesto en evidencia en su música, de la misma manera que los restauradores han puesto en evidencia la brillantez y vivacidad de los colores de la Capilla Sixtina, alejándola de esa idea un tanto rembrandtiana de los colores oscuros y grisáseos a que nos acostumbraron los libros de arte y los documentales. Esta es una versión en verdad admirable, superior, en mi opinión, a prácticamente cualquier otra versión que me haya tocado escuchar. Una joya admirable, digna del autor que hoy celebramos.

lunes, 5 de marzo de 2012

Irina Bogushevskaya: discografía completa, 9 discos @ 320 kbps

Irina Bogushevskaya (Ирина Богушевская, en ruso) es una cantante y poeta a quien descubrí por hazar hace unos cuatro años atrás, cuando empecé el proyecto de crear la Fonoteca. Quienes conocieran la versión previa de este proyecto, sabrán quie se trata de uno de esos fenómenos músico-culturales que van más allá de las estrecheces comerciales que la industria del disco occidental impone en los mercados de todo el mundo, y no graba discos para adolescentes embrutecidos por la propaganda de artistas de plástico como Lady Caca, sino que recupera la memoria musical del pasado siglo en una mezcla única de géneros que van del jazz, el bossa nova, el tango, el bolero, la chanson francesa, en un estilo que algunos llaman, a falta de una mejor definición, cabaret.

Y podría ser que algunas de sus canciones y su propio estilo, totalmente alejado de los amaneramientos comerciales en boga, recuerden un poco lo que hace Ute Lemper; sin embargo, la frescura y absoluta naturalidad de su estilo la hacen una artista mucho más completa y radical que la alemana, en la medida que no busca, como decimos en México, "soltar netas" al público como si ella tuviera la verdad absoluta. Desde 1998 su trabajo musical es evidencia de una artista dueña de una ética y un encanto musical incomparables. No es casual que desde que escuchpe su primer disco, intitulado justamente Libro de canciones (1998), su encanto me haya cautivado, y me haya dedicado a promoverla entre mis seguidores. Los arreglos de sus canciones son en verdad refrescantes, y carecen de esas enojosas afectaciones que regularmente solemos ver en otras artistas (Lila Downs, por ejemplo) poco respetuosas de la diversidad musical, y lo que uno escucha en ella no es solo la canción misma, sino el gusto por cantarla y darle vida, incluso si se trata de alguna de Antonio Carlos Jobim. Como pueden comprobarlo en las siguientes canciones, en donde la Bogushevskaya brilla porque no se coloca antes que la canción, sino justamente con ella, y nos invita a deleitarnos con una forma de canto que resulta en verdad contagioso.


A lo largo de su no tan extensa trayectoria, que no empieza ciertamente en 1998 con su primer disco, sino al menos unos tres o cinco años antes, Bogushevskaya nos ha dado nueve discos de los cuales ninguno es una compilación de "éxitos" o algo así; uno, de 2005, es en vivo, de la gira de su anterior álbum. Esto significa que entre 1998 y 2004 la Bogushevskaya ha grabado cuatro discos, en los cuales se halla sustentado su prestigio, que no es poco, en Rusia. Y porque además canta en ruso, prácticamente es desconocida en Europa, no se diga en América Latina, y el único sitio donde alguien le da segumiento a su trabajo de manera permanente es justamente aquí. Y por eso mismo, es la primera vez que todos sus discos, TODOS, aperecen por vez primera en un solo post, y todos a 320 kbps. Por si fuera poco, su último disco es una apuesta que pocos artistas se atreverían a realizar: una compilación de canciones populares para niños del mundo entero, México incluido. Incluyendo un arreglo (no cantado por Irina) de La cucarracha (así la pronuncia el cantante ruso). Además de los álbumes y los dos videos que acompañan este post, les dejo una canción no incluida en ningún disco, que Irina dedicó al genio de la poesía Arthurt Rimbaud, llamada Charleville (Шарлевиль).