Una parte relevante de la música bailable de las grabaciones de música barroca se encuadra en su carácter aristocrático o instrumental, más que en su carácter dancístico en sí mismo. Esto es comprensible cuando uno escucha a Bach, Lully, Rameau, Handel, y a tantos otros compositores. Pero el carácter dancístico de estas composiciones prácticamente es inexistente. Con la música de baile barroca sucede más o menos lo que uno ve en la música popular de nuestros días. El blues, por ejemplo, al que nos referíamos hace poco. No es lo mismo el blues cantado por virtuosos músicos ingleses (Eric Clapton) que por nativos negros americanos (B.B. King o Jimmy Rogers). Hay una sensibilidad natural en estos últimos que en los segundos es sustituido por un dominio absoluto de recursos técnicos. En otras palabras, para los nativos el blues es algo que se lleva en la sangre y forma parte de su identidad. Por eso los auténticos bluesistas negros no hacen rock, sólo tocan blues, a diferencia de alguien como Eric Clapton, para quien el blues es sólo un género musical más. Lo mismo sucede con esta música bailable barroca escrita por compositores académicos o con formación de ese tipo, y la auténtica música bailable. Nadie pretendería realmente bailar una suite sobre temas bnailables de Bach o Rameau (en este último caso sólo el rey, por ejemplo) pues no están realmente hechas para bailarse. Se trata de una técnica, o un subgénero musical aprovechado para crear contrastes rítmicos.
La auténtica música bailable es justamente una suerte de atmósfera que acompaña a un pueblo, y no sólo una técnica o recurso compositivo. Y esto es lo que nos ofrece este espléndido álbum, que toma como hilo conductor el de esta popular danza original del pueblo de Taranto, en Italia. Esta joya de disco nos conduce por danzas y canciones anónimas y de compositores conocidos recorriendo estados de ánimo que van de lo melancólico a lo reflexivo, de lo abiertamente triste a lo gozoso y festivo, en una suerte de caleidoscopio ejemplar de emociones humanas a flor de piel. Se trata de uno de los discos más notables que he escuchado últimamente, exquisitamente interpretado por Christina Pluhar y sus músicos, y cantado con gracia inigualable por Lucilla Galeazzy y el tenor italobritánico Marco Beasley, quienes dan vida a toda una cultura musical que la estentórea cultura pop de nuestros tiempos y su desmedida prisa y afanes mercantiles nos han ocultado. Una joya digna de escucharse, pero sobre todo: de bailarse y soltarse.
http://www.mediafire.com/?3tjm1giwijwmmtw
ResponderEliminar¡Uf, llegué tarde!: el archivo ha sido borrado.
ResponderEliminarDe cualquier manera, don Manuel, aprovecho la ocasión para agradecerle su espacio donde encontramos cultura y saber.
Atenta y agradecidamente
Elías Loyola Campos
Estaba buscando este disco fascinado por el tema "Tarantella del Gargano", pero .... ya no está.
ResponderEliminar¿Sería tan amable de volverlo a subir?
Gracias anticipadas
También yo estaría muy agradecida, ya que solo encuentro algunas piezas sueltas que me dejan con la miel en los labios. ¿Podría, por favor, subirlo de nuevo?
ResponderEliminarSaludos.