En la historia del rock, son pocos realmente los discos icónicos que además rompieron esquemas y marcaron generaciones. Uno de esos álbumes fue el álbum debut intitulado In the court of the crimson king. An observation by King Crimson, aparecido en 1969. Obra maestra del rock progresivo británico que combinaba los sonidos melódicos de la llamada Canterbury scene con el rock, el pop, sonidos sinfónicos mezclados con jazz y jazz free, y largos pasajes improvisados y de tonos aleatorios, el disco fundó realmente un nuevo género, que si bien ya existía en el sentido de discos monotemáticos o programáticos, como Sargeant Pepper de The Beatles, alcanzó con este un nuevo nivel de complejidad y originalidad. King Crimson realmente alcanzó con este disco un nivel que hasta antes de su aparición era inimaginable para el rock.
21st century schizoid man, la pieza con que abre el disco, llena de sonidos distorcionados y texturas ásperas e irritantes, parecía anticipar un mundo de pesadilla que ahora, justo entrados ya en plena era, parece confirmarse. Esta canción marca en realidad no sólo el punto de inicio del álbum, sino también el de llegada, pues concluirá con una sección similar más adelante. Hoy en día, es considerada el himno anticipatorio de una generación. I talk to the wind en cambio es una canción casi pastoral, casi bucólica, pero de enigmática belleza, que marca un fuerte contraste con la precedente, llena de toques jazzeados. Epitaph se volvió casi de inmediato en el primer clásico del rock progresivo, y la auténtica obra maestra del disco, con abiertos tonos sinfónicos y de grandeza musical que The Beatles apenas había vislumbrado en álbumes como Abbey Road o el mencionado Sargeant Pepper. "Confussion will be my epitaph", el himno mortal de nuestra generación que King Crimson supo deletrear antes que nadie y cuya fuerza y originalidad siguen intactos a más de 40 años de su aparición. Moonchild, una extraña canción de cuna futurista, con un amplio y sorprendente pasaje de libre improvización que roza los terrenos del jazz free y que abarca más de la mitad de la duración de la canción, es un ejemplo de la destreza instrumental del grupo. The Court Of The Crimson King, la última canción del álbum, retoma el tono sinfónico del álbum y nos ofrece un ejemplo de la enorme soltura y brillantez interpretativa de los integrantes del grupo.
En 2009, al cumplirse 40 años de su aparición, Robert Fripp decidió conmemorar tal aniversario con una nueva edición del mismo, lo que normalmente se llamaría una edición remezclada, como hizo Genesis con casi todos sus discos de la etapa Gabriel antes del Selling England by the pound. Robert Fripp se dirigió a las tomas maestras originales del álbum, y realizó una nueva mezcla en auténtico sonido estereofónico, dándole no sólo brillantez inusitada a un disco ya de por sí asombroso, sino profundidad y cuerpo, especialmente en la extensa sección improvisada de Moonchild, donde originalmente una infinidad de matices percusivos simplemente pasaban desapercibidos, y todos los sonidos se mezclaban como un muro aplastante de sonido uniforme e irreconocible. Fripp le devuelve la gloria y brillo a un disco que en su nueva edición es simplemente insuperable, y hora de mandar a descansar cualquier vieja edición que tengan en su colección, pues esta es, sin lugar a dudas, la edición definitiva de un clásico, en toda la extensión de la palabra.
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ResponderEliminarEstimado amigo: Abrumadoramente espléndida su reseña... solo me gustaría recordar aquí que parte de la magia y trascendencia de este disco está en la aportación invaluable de Peter Sinfield con las letras y otras cosillas.
ResponderEliminarMis mejores deseos y saludos desde Monterrey